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jueves, 23 de mayo de 2013

Ayer es todavía: “el dolor se siente aún…”

 

Por Mercedes Alonso

Nacida en San Francisco de Macorís, con muchos estudios a cuestas, Luisa Pérez Viñas es esta escritora dominicana que también incursiona en las Artes Plásticas y que acaba de regalar a la nación y al mundo su tercera obra: Ayer es todavía. Le preceden: Ellas saben de amor, la segunda y la primera de todas: De la niebla al sol.

-Bienvenida Luisa Pérez y díganos por favor, ¿de qué trata este libro: Ayer es todavía?

“Son las vivencias de una joven madre a quien durante la dictadura trujillista, su hijo le fue robado y entregado a uno de los parientes del tirano. Esa trama es real, pero luego empleo la ficción. Ella corrobora que su hijo no está muerto, sino que se lo quitaron y se involucra en un complot para ajusticiar al dictador. Esto es ya mi aporte como escritora, así como su viaje a Cuba y el desenlace de la dictadura de Batista y todo lo que ocurre después. “Lo interesante es que la gente cree que todo fue político durante el régimen de Rafael Leónidas Trujillo, pero hubo otras cosas como abuso de poder y ese afán y ambición de las personas por escalar posiciones y demostrar que eran adeptas al régimen”.

-¿Dónde pueden encontrarse sus libros?
“En Librería Cuesta y en la editorial Santuario, dirigida por Isael Pérez”.

-¿Cómo ve el desarrollo de la Literatura en el país? ”Encuentro que hay un boom, hay muchas gentes escribiendo, pero es difícil porque es con propias herramientas y recursos personales que no son fáciles de adquirir y por eso, si no fuera por Santuario, queda ciertas facilidades, muchos autores no podrían poner a la luz sus obras”.

-Ellas saben de amor: ¿Una novela de hallazgos y pérdidas? “Se trata de cinco amigas divorciadas y viudas, que tienen un nuevo encuentro con el amor y esa doble moral que se tiene a veces en determinadas clases sociales se refleja ahí. Es un drama, siempre empleo este estilo. Considero que se puede encontrar el amor a cualquier edad y que es más hermoso en la madurez. Después de los años es más fuerte y se asumen mayores compromisos”.

-De la niebla al sol ¿más testimonial, personal y biográfico?“Ese libro es un híbrido, más de tres años estudiando, investigando sobre los grupos que llegaron desde España, tras la Guerra Civil, a República Dominicana, mi padre vino en el último de ellos, pero él no hablaba mucho al respecto. Poco a poco fui aprendiendo.“Mi papá llegó por Puerto Plata, tuve que averiguar mucho y supe cuánto sufrieron. Fue una guerra muy fuerte, dramática y muchas familias se separaron. En su caso, fue hecho prisionero junto a otros más y estuvo en un campo de concentración. Salió gracias a las gestiones del presidente Cárdenas de México y por eso pudo salir y llegar aquí, donde conoció a mi madre. Pero, muchos años más tarde, cuando volvió a su terruño nada era igual. Resulta que peleaban contra un dictador allá y vino y se encontró con otro aquí, Trujillo: qué paradoja”.


-Entonces, ¿usted describe todo eso? “Somos tres hermanas, antes de ir a España por primera vez, ya conocíamos todo. Mi padre nos enseñó a querer mucho a esa familia. Ahora, él era más dominicano que cualquiera. Decía que todo cuanto tenía se lo debía a Santo Domingo. Era un agradecido sin límites. Sí, de eso y más trata mi libro”.

-¿En qué trabaja ahora?

“Tengo en mente algo que rompe con todo lo anterior. Quiero investigar sobre creencias campesinas, las tradiciones, mitos, santería, toda esa cultura rural verdaderamente extraordinarias. Investigaré en el Cibao, en cuyo corazón hay muchas historias desconocidas”.

-¿Trata la violencia contra la mujer en alguno de sus textos? En mi segundo libro Ellas saben de amor, reflejo esa violencia verbal, física, abusiva. La violencia contra la mujer ha alcanzado grados increíbles aquí. No entiendo cómo, si hemos avanzado en tantas áreas, todavía existan esos prejuicios. Porque esa violencia se refleja en muchos aspectos. Por ejemplo, en las empresas, cuando una mujer por muy preparada que esté, gana menos que cualquier hombre, por mencionar uno de ellos”.

-¿Considera que se combate a través de la literatura este flagelo?

“Creo que sí, también la literatura aporta su granito de arena. Es un compromiso de todos y todas en nuestro país”.

-Finalmente, ¿por qué el título Ayer es todavía?

“Es que, cuando usted lea ese libro verá que el dolor de ayer se siente todavía…”

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