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lunes, 10 de junio de 2013

Mis recuerdos imborrables



  Dentro de las remembranzas indelebles del destacado y veterano periodista, Rafael Molina Morillo, reflejadas en su libro "Mis recuerdos imborrables", están los hechos ocurridos a lo largo de sus seis décadas en el ejercicio del periodismo, años en los cuales ha sido testigo de los buenos y malos momentos que han dejado huellas en su vida.

Durante su participación en el programa radial y televisivo ¿Qué pasa hoy?, Molina Morillo rememoró eventos importantes, algunos no gratos y otros muy felices, como los de su niñez, adolescencia y amores, siendo el más grande y único, el que nació aquella tarde del 26 de setiembre de 1952, cuando conoció en la Vega a una adolescente de 14 años, quien se convertiría años después en su esposa.

“Por alguna razón atrajo mi atención, pregunté su nombre. Francia, me dijeron pero era muy joven. Entonces viajé a España y cuando regrese ella tenía 18 años y yo 26. Nos casamos y hemos sido felices hasta ahora y creo que así seguirá. Tenemos cuatro hijos, un varón, tres hembras y 10 nietos”, expresa conmovido quien representa uno de los grandes del periodismo dominicano.

Otros hechos narrados por el también diplomático y empresario, son los relacionados con la Revolución de abril; cuando se produjo el golpe de estado a Juan Bosch, época en la cual se desempeñaba como director de la gloriosa revista ¡Ahora! y donde los medios de comunicación no tenían condiciones para continuar sus publicaciones; sin embargo, su diario se mantuvo, con una línea editorial a favor de la constitucionalidad y del regreso al poder del profesor Bosch.

“Producto de esos acontecimientos, las fuerzas reaccionarias querían que la revista desapareciera y propiciaron dos fuertes ataques. Uno de mayor amplitud, que fue contra toda la población y consistía en ir casa por casa en busca de comunistas, y cuando llegaron al edificio donde funcionaba nuestro órgano de comunicación, destruyeron, saquearon y mataron a dos compañeros periodistas: Diógenes Ortiz y Papito Arias.

“Ese fue un duro golpe, pero nos recompusimos. Recuerdo que una noche colocaron unos explosivos producidos fuera del país, detonantes que hicieron volar los equipos de la imprenta. Pero, esto en vez de amilanarnos, nos ayudó a posicionar aun más la revista y crear un diario: El Nacional. Logramos que la población nos siguiera, nos apoyara”.

Otro instante difícil, que enfatiza con particular emoción el entrevistado, fue cuando el éxito editorial de la revista y el periódico obligaron a realizar mayores inversiones y gastos. “El grupo que hacía ese trabajo éramos románticos y lo realizábamos por amor a la profesión, pero no teníamos dinero. Tocamos muchas puertas y recibimos ayuda; sin embargo, hubo un momento en el cual no podíamos seguir; entonces, hicimos negocio con el señor José Luis Corripio (Pepín) y le vendimos esos medios y así continuaron felizmente publicándose”.

Estos relatos y muchos más, están impresos en el libro Mis Recuerdos Imborrables, de indiscutible calidad literaria, aun cuando Molina Morillo, aclara que no se considera escritor y expresa humildemente, que solo se atrevió a recoger sus experiencias periodísticas y publicarlas: “Periodista sí, porque me gusta la investigación y descubrir datos y llegar al fondo de las cosas. Pero, no escritor”.

Resalta en el diálogo la anécdota de ese día en España, cuando le tocó cubrir la visita del sátrapa Rafael Leonidas Trujillo al dictador español Francisco Franco.


“Luego de escribir mi crónica y destacar que unos 50 mil madrileños estuvieron presente en la actividad, debía mostrársela al hombre de confianza de Trujillo, Anselmo Paulino, quien me dijo que le agregara 50 mil más. Finalmente, vi mi crónica titulada textualmente: Seiscientos mil madrileños dan la bienvenida a Trujillo.

“Semanas después, ya en Santo Domingo, pregunté a Germán Ornes, director del Caribe, de dónde había salido esa cifra de 600 mil personas. Y respondió. ¨Bueno, lo hice para protegerte. Temí que te hubieras quedado corto con tus cien mil, y para curarnos en salud, a ti y a mí, les agregué otros quinientos mil”.

Mujer y reivindicaciones

 En torno a la situación de la mujer dominicana y su lucha por conquistar una mejor posición en la sociedad, el actual director de El Día entiende que no debe establecerse ningún tipo de diferencia entre mujer y hombre en virtud del género.

“Muchos de los excesos que se cometen contra las féminas es por el hecho de ser mujer, no porque sea el sexo débil; por lo tanto, deben ser sancionados con mayor firmeza todos los actos que la afecten; pero, también la mujer debe ocupar su sitio, luchar y conquistar lo que le pertenece”, apunta.

Era digital

Rafael Molina Moriiilo, hombre visionario y creador de varios medios de comunicación que marcaron un hito en la historia del periodismo dominicano, califica la Internet como una herramienta que ha venido a fortalecer los periódicos tradicionales.

“Los digitales son una maravilla, de hecho tenemos nuestra versión de El Día por la web. No creo que amenacen a los antiguos, sino que los complementan. Empecé a familiarizarme con las nuevas tecnologías a través de los juegos y a medida que iba avanzando, yo también lo hacía; creo que estoy actualizado”.

Con el tiempo en disputa y tanto que decir aún, el veterano profesional abandona el “banquillo de entrevistado” y sonríe sereno cuando escucha la pregunta, que responde ágilmente, similar a su estilo de vida: “Retirarme… ¿para qué?...eso no va conmigo. Siempre pienso que todavía puedo aportar algo para el bien colectivo, y con esa convicción comienza y termina cada día de mi existencia”.


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